Hawái, con sus remotas y exuberantes islas perdidas en el medio del Pacífico, se ha convertido en el destino preferido de los famosos para descansar… y hacer negocios.
Una elegante palmera sobre una exótica puesta de sol naranja y violeta, en una playa de arenas blancas y aguas cristalinas. Esa es la postal mental que se activa en el imaginario colectivo cuando se piensa en Hawái. Y, en este caso, la postal no miente. No se necesitan filtros. En esos cielos infinitos y horizontes multicolores, se pone el sol cada día en las playas de Maui, Oahu o Kauai. Hawái es, efectivamente, lo más parecido al paraíso terrenal, con sus playas de catálogo, sus majestuosos volcanes, su vegetación casi extraterrestre y su famosa hospitalidad, que recibe a los visitantes con preciosos collares de flores naturales.
Este archipiélago de origen volcánico formado por ocho grandes islas, pero hasta 136 islotes más pequeños y en su mayoría inhabitados, es realmente tan exuberante como dicen las guías y es justamente por eso que se convirtió en un imán para los turistas. Pocos lugares en el mundo permiten bucear entre peces tropicales y tortugas gigantes en un cráter sumergido en el océano por la mañana y ver el atardecer sentado en la cima de un volcán activo por la tarde.
El descanso de las ‘celebrities’
Hawái, además, se convirtió en un destino predilecto de las “celebrities”. Por ejemplo, del ex presidente Barack Obama. Es un destino con todas las comodidades occidentales (forma parte de Estados Unidos desde 1959), pero con todas las particularidades y tradiciones de la cultura polinesia, como los coloridos luau, que son esos banquetes a base de especialidades locales, como el cerdo kalua o el poke, o el tradicional baile hula.
Toda esa riqueza se la debe a su extraordinaria posición en mitad del océano Pacífico: Hawái es uno de los lugares más remotos de la Tierra, a más de cuatro mil kilómetros de distancia del continente más cercano.
Sin embargo, se podría decir que Los Ángeles está ‘cerca’, a cinco horas y media de vuelo. Por eso se convirtió en un destino de vacaciones habitual para sus habitantes más famosos y pudientes. De hecho, para muchas estrellas de Hollywood, las islas se han convertido en un segundo hogar.
Por citar otro ejemplo, Oprah Winfrey, probablemente la mujer más influyente y una de las más ricas de Estados Unidos, tiene una granja de 25 hectáreas en Hana, Maui, donde cultiva verduras y frutas orgánicas y pasa largas temporadas. Entre otros vecinos ilustres de la isla podemos mencionar a Owen Wilson, Clint Eastwood y Woody Harrelson.
En Kauai, Julia Roberts es propietaria de una casa en primera línea de playa, donde también es vecina de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y de los actores Ben Stiller y Drew Barrymore.
Otros no poseen propiedades y prefieren alquilar, como son los casos de Beyoncé, Rihanna o el propio Barack Obama, mencionado anteriormente, que son habituales de la localidad de Kailua, en Oahu, donde se encuentran algunas de las mansiones más impresionantes de las islas.
Además, Hawái se ha convertido en una extensión de los grandes estudios de Hollywood, siendo un escenario perfecto para reproducir selvas tropicales, junglas peligrosas y playas paradisiacas. Por eso, muchas superproducciones acampan en las islas desde que Hollywood es Hollywood.
Por placer o por negocios, todas las estrellas de Hollywood han pasado unos días en Hawái: desde los actores Sean Penn y George Clooney hasta Megan Fox o el cantante Justin Bieber. Allí encuentran privacidad en hoteles de lujo y mansiones a prueba de paparazis, así como también la tranquilidad propia de las islas remotas.
A continuación, una breve descripción de lo que podrán encontrar en las islas más importantes de Hawai.
Oahu: el sueño de los surfistas
Su capital, Honolulu, es cosmopolita y vibrante. La costa norte (North Shore) es el sueño de los surfistas profesionales.
Qué ver: las panorámicas vistas de Nuuanu Pali (escenario recurrente de la serie Lost) y la base de Pearl Harbor, para conocer la historia de la isla.
Kauai: la isla salvaje
Al norte del archipiélago se encuentra la isla más salvaje. Sus dramáticos paisajes y sus cascadas los has visto, entre otros, en Jurassic Park.
Qué ver: NaPali Coast es imprescindible. Hay quien llega a pie (la excursión dura tres días), pero también se puede visitar en barco o en helicóptero.
Maui: las mejores playas del mundo
Sus playas (Makena Beach, por ejemplo) están entre las mejores del mundo y en sus aguas nadan ballenas y tortugas gigantes.
Qué ver: contemplar el amanecer o atardecer en la cima del volcán Haleakala o conducir por la escénica carretera hasta Hana.
Big island: el volcán
Su geografía es tan particular que alberga once de las trece zonas climáticas que existen en el planeta. Tiene montañas nevadas, playas, cascadas, bosques tropicales y el Kilauea, uno de los volcanes más activos del mundo.
Qué ver: la costa de Hamakua y el Parque Nacional de Volcanes.